En
estos días de cuarentena por la epidemia del covid-19 las personas están
compartiendo más con su familia, valoran mucho el poder almorzar y cenar
juntos, valoran su trabajo, valoran los alimentos, valoran la salud y de
egoístas se pasa a ser más solidarios. Cuesta obedecer y muchos están
aprendiendo a serlo por solidaridad y se quedan en casa. Aunque parezca
paradójico la crisis a veces es buena, nos hace salir del confort para un mejor
cambio, estar en el confort no nos deja mejorar como personas, los cambios sí. No olvidemos que Dios corrige a sus hijos,
no los castiga, a todo hijo se le pone un alto cuando está haciendo mal, eso es
tener corazón de Padre y de Madre, vemos que muchos van destruyéndose y destruyendo
este hermoso planeta. Dios tiene al mundo en sus manos. Es tiempo de
purificación, de buen cambio, no es coincidencia que esto pase en tiempo de
cuaresma.
Les invito a meditar el Salmo 91 que se
acomoda a esta coyuntura.